Karen Bruck -Mercado Libre- y Eduardo Mangarelli -Microsoft- hablaron sobre los caminos que recorrieron para llegar a donde están actualmente, resaltando lo que se recomienda y lo que no se recomienda hacer para mejorar laboralmente.
“No me imaginaba trabajar en esto”, comenzó contando Karen Bruck, que vivió diez años en Estados Unidos, hizo el MBA allá y se volvió con su segunda hija, de tres meses. “Mi idea era ser mamá, trabajar part time, hacer consultorías, y ahí se cruzó LinkedIn con una propuesta de Mercado Libre, que estaba buscando un líder en Uruguay. Eso terminó en una oferta que yo no me imaginaba, así que fue poco planificado.”
“En mi último trabajo había liderado un equipo de dos personas y la oficina en Uruguay eran 280. Después de 11 entrevistas me decían que si van a buscar exactamente a la persona que haya estudiado, hecho un MBA, sepa de comercio electrónico y además haya liderado a 280 personas no iban a encontrarla. ‘Te vemos potencial así que confía en nosotros’, me dijeron. A veces hay que planificar menos y tirarse a la piscina más”, aseveró.
Bruck afirma que su mayor aprendizaje fue el haber pagado derecho de piso, ya que al principio trabajaba 80 horas por semana. “No se lo recomiendo a nadie porque la idea es tener una vida más balanceada, pero ese pagar derecho de piso realmente metiendo muchas horas de trabajo hace que uno se lleve los aprendizajes consigo mismo”, afirmó.
Opina que es motivante el aprendizaje constante, que la desafíen. Dice que en Mercado Libre no tienen oficinas, todos se sientan "en el mismo escritorio, y siempre les pido a todos que vengan a hablar conmigo, que me cuenten ideas, hagamos cosas disruptivas, innovadoras. Lamentablemente son pocos los que lo hacen.”
“Muchas veces nos cuesta motivar a los chicos jóvenes”, sostiene Karen, ya que es una generación “que en vez de investigar van a Google. En Mercado Libre siempre decimos que vos sos el CEO de tu propia carrera. No esperes que venga Recursos Humanos, si la tarea no es lo suficientemente motivante, busquen otro sector o algo afuera. Si piensan que pueden acceder a un puesto de mayor importancia, busquen esa promoción. Lo más importante es que sean emprendedores dentro de donde estén trabajando pero también con ustedes mismos.”
“Como mamá de dos nenas y ahora asumiendo un puesto regional me toca viajar mucho, lo que es uno de los desafíos más grandes. Está en uno mismo poner los límites a medida que va avanzando en la carrera”, explicó Bruck.
Un camino acelerado
Eduardo Mangarelli relata que cuando estaba terminando el liceo tenía la duda entre Administración y Tecnología, pero terminó eligiendo Ingeniería de Sistemas sin tener una vocación definida. “Una vez que lo empecé a hacer vi ciertas cosas que me entusiasmaron. Tuve la oportunidad desde el primer año de la Facultad de crear una empresa con mi socio, y eso empezó a despertar una vocación en mí. Cada vez creo menos en las planificaciones de largo plazo, porque las cosas cambian y muy rápido”, manifestó.
Un fenómeno que hoy es muy común es estudiar algo pero termina siendo muy bueno en un rubro tangencial, distinto o paralelo a eso. En sus palabras, “uno elige una formación determinada pero el camino lo lleva por algún lugar distinto, donde esa formación es una buena base para eso pero no es necesariamente el camino estándar.”
A Eduardo se le dio la oportunidad de ser gerente general de la oficina de Microsoft Uruguay y director de tecnología para Uruguay, Paraguay, Bolivia, Argentina y Chile cuando tenía 29 años. “Enfrentarme a ese rol me generó un enorme desafío, porque era mucho más joven que la mayoría de mis pares”, explicó. “Eso me ponía en una situación de desafío constante. Me generó un esfuerzo para ganarme un espacio porque había ciertos prejuicios que se generaban por la edad que tenía en ese momento. Al mismo tiempo, me daba una motivación adicional por ser mejor en lo que estaba haciendo. Tenía por un lado un efecto de desgaste y otro de motivación.”
Mangarelli tiene claro que se puede trabajar desde Uruguay hacia la región o el mundo, ya que posee equipos en varios países. “Una parte de mi trabajo es remoto y la otra es viajando para estar con los equipos. Hoy hay una apertura cultural a respetar y fomentar el talento sin importar donde sea que esté”, sostuvo. “La tecnología nos permite tener comunicaciones fluidas y trabajar desde distintos lados. Hoy estamos en un momento extraordinario, particularmente para un país como Uruguay en términos de la capacidad de generación de conocimientos, de buenos profesionales, para producir capacidad de trabajo hacia afuera.”
Su rol para Latinoamérica tenía que estar basado en Fort Lauderdale -Estados Unidos-, que es donde está la oficina regional. Participó en el proceso de entrevistas y desde el principio dijo que no estaba dispuesto a mudarse de Uruguay. “Por excepción habilitaron que los directores regionales estén en determinadas ciudades, pero no estaba Montevideo. Al día siguiente habían tomado que Montevideo era una extensión de Buenos Aires”, contó en tono distendido.
En su opinión, estamos en un mundo en el que estudiar tiene que ser una constante, una realidad. No importa en la disciplina en la cual se esté, generar el hábito de aprender es extremadamente importante. También se necesita actitud. Destaca la proactividad, la forma de enfrentarse a los problemas, la comunicación, negociar y trabajar en equipo como aspectos que hacen la diferencia.
“Creo que debemos priorizar los tiempos. En el momento que estoy con mi hija, estoy con mi hija y me desconecto de todo el resto. Tomo eso como un ejemplo que aplica a muchas cosas”, reflexionó Eduardo. “Uno siempre puede elegir cómo priorizar. Hay cosas que uno tiene que saber que puede delegar. Esto es extremadamente importante para poder liderar, tener un rol regional o importante de responsabilidad.”
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