Hernán González es uno de los pioneros de la música electrónica en nuestro país. Ha editado discos y presentado performances en festivales de Uruguay, Colombia, Argentina, España, Alemania, Sudáfrica y Chile. Es docente de producción musical en la universidad ORT Uruguay e integró el panel de #Jugados "Transformarse da laburo" de Smart Talent Day 2018, en el que los participantes hablaron sobre la integración de la tecnología a sus profesiones.
“Lo primero que tengo que decir es que no soy DJ, soy un músico que desde el primer día estuvo ligado a la tecnología”, comenzó diciendo Hernán, mejor conocido por su nombre artístico: Cooptrol. A los seis años le obsequiaron su primer cassette, “Computerwelt” de la banda alemana Kraftwerk. Para él “son como los Beatles de la música electrónica, y en esa época ver que se podía hacer música con computadoras era algo más que particular para mí”.
Cuando tenía siete años sus padres compraron una computadora que tenía un KB de memoria, pero aún no podía hacer música con ella. “A los pocos años apareció otro modelo con el cual podía programar unas melodías muy básicas. Luego me alejé de la informática, me puse a tocar la batería de adolescente, y en 1995 me prestaron una computadora con la que pude hacer música. Ya estaba medio cansado de los ensayos con las bandas y todo eso, tenía muchas ideas musicales que al ser baterista no podía trasladarle a los otros tan fácilmente. Componer todo yo solo y que saliera por los parlantes de mi casa fue algo insólito”, contó.
“Pasó mucho software en el medio y hoy en día el programa que más se usa es el Ableton Live, yo empecé a usarlo cuando me inicié en la música publicitaria, que es mi trabajo económicamente más rentable”, continuó. A su vez, desde las primeras épocas utilizó sintetizadores y hardware para hacer música.
Unos pocos años atrás probó algo similar a la programación, con un programa para aplicaciones artísticas, un tipo de mecánica visual en la que se van conectando objetos que construyen productos visuales o sonoros. Tuvo la oportunidad de crear su propio software y eso es algo que valora de gran forma. “Hace poco volví a mi viejo amor, la batería, pero en vez de comprar una batería acústica compré una electrónica, que hoy en día están tan avanzadas que suenan como las reales”, dijo González.
“No concibo la música sin tecnología”, afirmó. “Si bien hay muchos músicos que tienen prejuicios contra estas cosas, siempre les digo que una guitarra es un objeto tecnológico. Excepto la voz, creo que todo lo demás que se ha usado siempre ha sido pensado con una filosofía tecnológica”.
Pensando en el futuro, ya se encuentra trabajando en machine learning y en la música generativa. “Todas esas tecnologías están siendo utilizadas profusamente para generar contenido musical. Lejos de tener miedo de que eso me deje sin trabajo, me doy cuenta de que la simbiosis entre el músico y la inteligencia artificial está subiendo un escalón en la creación, en el resultado artístico y estético. Ese es el futuro”, finalizó.